Muchas veces sin darnos cuenta, los imaginarios culturales nos llevan a presionar la jubilación sexual de los adultos mayores.
A ello contribuye la publicidad, la literatura contemporánea y las películas en la medida que muestran la sexualidad del adulto mayor como no deseable ni atractiva, lo que nos hace pensar entonces que son seres asexuados.
Las investigaciones científicas evidencian actividad sexual en hombres y mujeres mayores de 60 años.
En la vida adulta, la vivencia del sexo y la función sexual pueden transformarse y vivirse de manera diferente y está comprobado que con la edad no desaparece el deseo sexual.